Almitas torturadas,
SI7
pobres esclavas blancas del tango y la milonga.
Mujeres infecundas,
MIm
¡autómatas del vicio, sin alma y sin amor!…
MIm
No sé por qué esta noche
MI7 LAm
reflejan tus pupilas la pena que te mata
MIm
y en cada carcajada,
SI7 MIm SI7 MIm
yo sé, pobre milonga, solloza el corazón.
Tal vez tu propia culpa, tal vez el desengaño
SOL
del hombre que has querido
SI7
y que hoy para olvidarlo,
MIm
emborrachás tu alma con tango y con champagne.
LAm
Pero pensá, milonga, que hay una criaturita
MIm
de manecitas blancas que en este mismo instante
SI7
que en este mismo instante
MIm SI7 MIm
tal vez a unos extraños les llamará mamá…
LAm MIm SI7 MIm SI7 MIm
RE
Yo sé que vos sos buena,
SOL
que escucharás el ruego de este sincero amigo.
SI7
No sigas por la senda
MIm
de fáciles placeres, de tango y de champagne.
LAm
Pensá cinco minutos en esa criaturita
MIm
de manecitas blancas, que en este mismo instante,
SI7
que en este mismo instante
MIm SI7 MIm
tal vez a unos extraños les llamará mamá…
No comprendés, milonga,
que vos pasás la vida en una farsa alegre,
donde se necesita,
para conquistar hombres, eterna juventud.
Pero los años pasan,
dejando sus recuerdos, recuerdos muy ingratos
y cuando vieja y fea
te encuentren tus «amigos»,
verás qué ingratitud.